
Cartas devueltas
Es un domingo de esos de arreglar armarios......cajas llenas de recortes, viejas fotos, otras que ni ya recuerdo por qué estan ahí.
De pronto un sobre: una carta devuelta. Aquella que te mandé hace ocho años, cuando internet todavia no existía en la forma en la que hoy nos permite estar, sin estar realmente: la virtualidad.
La carta lleva un sello de domicilio desconocido: la releeo; acompaña a la que tu me enviaste: "Extraño Barcelona" me dices, esto es distinto, muy distinto Tokyo es impresionante pero me siento aislado. TE EXTRAÑO".
Te cuento las novedades del momento, los proyectos, algunos que ya no recordaba, amigos que ya no están, te digo que tambien de hecho de menos, solo será un año decimos, el tiempo del contrato.....
Palabras que quedaron atrapadas en el papel y que significaron un adiós no buscado.
Simplemente nos pedirmos.
Las palabras están hechas para crear puentes, estrechar lazos.
¿Por que no alcanzan entonces para superar la sinrazón de los adioses y la incomprensión de los actos bizarros: "domicilio desconocido".
Quizás esa dirección estaba a diez metros y alguien no la encontró.
Pero las palabras siguen allí en la carta devuelta guardando todo el amor que puse al escribirla.