martes, junio 26, 2007




La chimenea crepita por la leña aún húmeda, una figura tendida en la alfombra, viendo caer la tarde a través de un ventanal de vidrios empañados.
La sombra del vacío, un vaso de vino y un recuerdo.
Hay imágenes que forman parte del inconsciente colectivo y que hacen de la cursilería un privilegio de aquellos que aún nos permitimos el lujo de sentir, ahora que los afectos tienen mala prensa.
Solo los que alguna vez nos hemos dormido entrelazados a un otro sobre la alfombra, hipnotizados
por el fuego, podemos detener la violencia del no tacto cuando la soledad se adentra en el territorio del razonamiento.

4 comentarios:

zappa dijo...

podes seguir siendo hipnotizada por las miles de formas del fuego, y aun en soledad rescatar su calor y hacerlo permanecer dentro tuyo, para la proxima forma que venga a entrelazarse sobre tu alfombra, no lo dejes ir....

hera dijo...

....el día que lo deje ir, seguramente no recordaré ni mi nombre.
Un abrazo

quantum dijo...

Siempre sentir, pase lo que pase. Hermoso.

Mi abrazo.

zappa dijo...

te presiento una persona de claridad y determinacion, no se te va a ir asi como asi...
que sigas bien