domingo, abril 23, 2006


La fille sur le pont

"Parece usted alguien que está a punto de cometer algo estúpido".
La voz del hombre pareció sonora y grave, en el Puente de la Guillotière, suavemente iluminado por una luna llena que asomaba detrás de la Iglesia de la Verge de Fouvriere, en lo alto del Vieux Lyon.
Eran casi las dos de la madrugada, hacía frío a pesar de lo avanzado del mes de Abril.
La joven, sentada sobre el borde de la barandilla, con sus piernas balanceándose en el vacío,y vestida con ligera ropa deportiva, giró la cabeza en dirección a esa voz que parecía surgir de la nada, tan absorta estaba en el movimiento rápido del agua, que no había oído sus pasos.
No tenía más de veinte años, su cabello pelirrojo, cortísimo y despeinado, enmarcaba un rostro poblado de pecas. Sus ojos enormes y grises con destellos verdes observaron al hombre.
Aparentaba unos cuarenta y tantos, canoso sin exagerar y con las arrugas justas en los lugares precisos. Lo juzgó atractivo, con una aire a lo Humphrey Bogart.
La chica amaba el cine, sobre todo las pelis antiguas, esos gestos ampulosos, esas frases hechas "siempre nos quedará París", por eso había dejado su tranquila vida en le Perreòn, la seguridad de la empresa familiar, para subir a Lyon a estudiar cine.
"Sea lo que sea que la motiva, no merece el precio que parece dispuesta a pagar"; continuó el hombre.
La joven arqueó las cejas y volvió a mirar las frías aguas del Rhône.
"En todo caso si desea hacerlo, yo puedo proponerle una forma más estética; imaginar ese cuerpo hinchado y violeta flotando allí abajo me espanta", dijo mientras encendía
un cigarrillo.
Solo le faltaba la gabardina de cuello levantado y un sombrero de lado, la joven sonrió levemente mientras pensaba en esto y se inclinó hacia adelante.
El hombre ´casi gritó esta vez: "No lo haga".
La chica sintió, por primera vez en el día, en los últimos días que algo valía la pena. Su caminata por la ciudad desierta, hasta llegar al puente, sin un duro y sin plan para conseguir apenas lo suficiente para un día ,hasta se había borrado la sensación de hambre para transformarla en cansancio, ¿físico?¿moral?, no lo sabía, tampoco había notado que estaba conversando con una desconocido que, era claro, pensaba que se suicidaría como en la peli francesa; una mujer joven, bonita, un puente, un hombre.
La joven tomó impulso y se lanzó al vacío.
El sonido de un arnés al tensarse rompió el monótono correr del agua.
!Corten!
Tres personas aparecieron corriendo desde la otra entrada al puente, uno de ellos se apresuró a ayudar a la chica a subir.
!Uf! tendremos que repetir la escena!!será posible que no puedas concentrarte ni un minuto?!,la retó.
La chica miró hacia el interior del puente apenas alcanzó la barandilla.
Pero el hombre ya había desaparecido.

1 comentario:

Administrador dijo...

parece La chica del puente, falta la boina francesa y los ojos de caramelo de la Paradis