miércoles, noviembre 28, 2007



foto de Jacques André Boiffard


Ficciones


Ella sintió en su ser mujer que ese hombre era el sueño idealizado de sí misma. Al igual que la lluvia en un suelo fértil, él derramaba afectos cálidos, pertenencia, dulzura ¿amor? y ella crecía de acuerdo a esa imágen ideal que él le proyectaba en cada caricia.
Existía entre ellos una intriga, un no saber del otro acompañados de una mutua comprensión psíquica que los conducía lentamente y casi sin que se dieran cuenta hacia el mismo punto desde el que obtener ventajas, de esas afectivas, irremplazables, únicas.
Cyrano de Bergerac cortejaba compasivamente a Roxanne, que esperaba.-

3 comentarios:

Juliana dijo...

el encanto de sentirse amado, de saberse otro en sí mismo, de contar el tiempo para poder sentir......
la coincidencia soñada por todos!! los que conocen de des-amor y de amores.

PIZARR dijo...

Hera, me ha gustado tu conversación en esos " momentos ", me he tomado un café con vosotros y he jugado después al black jack y a la ruleta.

Ahora me quedo con la intriga de averiguar hacía donde van estos dos.

UN BESO... Y BUENAS NOCHES

fgiucich dijo...

Aquel Cyrano tardíamente comprendido. Me gustó. Abrazos.