domingo, noviembre 26, 2006

Historias mínimas II

Siempre le ha gustado el juego, pero le teme; sabe que el hilo que la separa de ser una simple jugadora de ocasión a la pesadilla de “El jugador” de Dostoievsky es, un su caso, muy fino.
Por eso, ésta es su primera visita a un casino desde hace muchos años, pero es un reto y quiere afrontarlo.
Recorre las mesas de black jack, escucha los comentarios de los jugadores, observa a la gente, todos tensos; como trabajando, señores con panza, señoras muy mayores, gente con rasgos orientales, da igual si chinos, coreanos o japoneses.
Las mesas de ruleta son más pequeñas de las que ha conocido, las hay por todas partes; un contador de apuestas permite, con solo mirarlo, saber cuantas veces ha salido rojo o el negro o el 36, su número preferido.
Se detiene en algún lugar, las cinco fichas de 2 euros se mueven dentro de su mano izquierda.
Escucha los comentarios de los croupiers: los más jóvenes parece que nunca han visto la luz del sol, aburridos, repiten los movimientos automáticos, pagan las apuestas y mueven sus rastras con sigilo..."no va más".........Un silencio denso cubre la mesa.
Desde donde está parada, no alcanza a ver la bola....hace su apuesta imaginaria.......ganooó!!!!, ¿por qué no habrá jugado?".."paga 2145 euros "..."gracias...caja de empleados"; el señor que recorre las mesas apostando aquí y allí, acaba de dar su recompensa.
Piensa que los únicos que ganan son ellos, empleo seguro y propinas generosas.

Una mujer que aparenta más de 70 años, corona un número.

Una pareja de italianos hace comentarios...nuevamente apuesta mentalmente, vuelve a ganar....."voy a ver la última de terror con Denzel Washington le comenta un croupier a otro...."para qué?" piensa...”si el infierno está aquí."

Un hombre joven, que hace cálculos frenéticamente en la barra se acerca y deja una fichas.
Es hora de jugar: tímidamente pone 2 euros a rojo........sale negro.

La mujer que está sentada enfrente parecida a su abuela, si su abuela viviera, la mira y menea la cabeza.
Vuelve a jugar, 2 euros al rojo..........vuelve a perder.
La señora la acompaña en el sentimiento.
Así va a durar poco.
2 Euros a primera docena y rojo.....ganó!....recupera la pérdida; se sienta en la silla que su abuela dejó libre y comienza a disfrutar el momento.

Vuelve a jugar, el croupier joven acaba de ser reemplazado por otro mayor que la mira mientras se decide. Pierde!!!, "pues mira has perdido", le dice.....como si no se hubiera ya enterado.

Comienza a sentir la adrenalina, la necesidad de ganarle a la suerte y al azar....gana y pierde y se queda finalmente sin sus 10 euros.

Hace una hora y media que está jugando y una sensación de cigarrito de la risa la invade.

El goce es la contracara del riesgo, el riesgo el precio de la ganancia imprevista, un ejercicio de libertad, jugar o no, retirarse o insistir.

Sube las escaleras, sale al aire fresco de la noche que comienza a tomar ese ritmo de dejarse llevar de los viernes .

Recorre las calles que la separan de la parada del autobús.

La vida es bonita.

3 comentarios:

Carlos Gregorio dijo...

Con ganas de seguirle la pista a tan sólida apostadora.

Saludos fraternales.

Anónimo dijo...

Apuesto por un buen vino y su compañía. Ufff, ya me da vueltas la ruleta!!!!
Besos

hera dijo...

¿Que tal Francisco?...me da por cambiar para ver como queda mejor:-)) es un rasgo d emi personalidad...