sábado, octubre 21, 2006





Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.


Mario Benedetti

3 comentarios:

Juan de la Cruz Olariaga dijo...

Realmente hermoso, algo para leer y releer, mas adelante lo publicaré, es una manera de decir, te dejo, pero permanezco. Te dejo un beso y gracias por tu visita.
Otro si digo: hermosa tu ciudad, he estado hace poco por ahí, vine con los ojos llenos de lunas y soles, y el alma fortificada, quízás muy pronto seamos vecinos. Otro beso.

hera dijo...

Gracias, es mi ciudad por adpocion pero la quiero sí...
nos leemos
un saludo

Patricia 333 dijo...

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Gracias por visitarme un abrazo y mi cariño , hermoso escrito .